Fernando de Noronha

Fernando de Noronha

Este lugar fue divisado por Américo Vespucio en el año 1503, el archipiélago es el Parque Nacional Marino celosamente vigilado por el gobierno brasileño, que no permite que la población permanente supere los 3 mil habitantes limita la presencia de automóviles a unos buggies y camionetas e impone valores altas. Estas reglas sumadas al aislamiento geográfico, hacen de Noronha (Brasil) un destino tan maravilloso como exclusivo.

El recorrido por la isla principal, la única habitada, comienza en la Villa dos Remedios, un pequeño y encantador centro urbano que creció junto aun complejo de edificios de estilo barroco que construyeron los portugueses allá por el siglo XVIII.

La vida nocturna de Noronha es muy poca el plan más elegido es sentarse en mesas iluminadas con velas y pasear por sus callejuelas del pueblo.

Los grandes atractivos de la isla son diurnos y tempraneros. Uno de los lugares imperdibles es la Bahía dos Golfinhos, en el extremo sur de la isla, donde a eso de las 6 de la mañana aparecen grupos de delfines que se acercan a sus costas para alimentarse.

En la caminata por este sendero se avistan numerosas clases de aves, lagartijas y mariposas y también unos pequeños roedores que fueron introducidos en la isla por el ejército estadounidense en la Segunda Guerra Mundial. En esta época fue base de operaciones de las tropas aliadas y la armada norteamericana.

Tras un rato de paseo de paseo por la selva, el sendero desemboca en la entrada de la Bahía de Sancho, una playa de arenas blancas y finísimas a las que se accede a través de un corte en un acantilado de roca maciza. Para poder bajar hay que deslizarse por unas escaleras verticales, clavadas en las paredes de roca.

Fuente | Clarín Viajes
Imagen | Fernando de Noroña
Más Información | Brasil Por Descubrir

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