El de Bilbao ha sido el último de los aeropuertos en instalar desfibriladores en su terminal. Se trata de ocho columnas situadas a una distancia inferior a 120 metros entre ellas, con aparatos semiautomáticos. Como en el resto de aeropuertos de AENA donde ya están instalados, el personal voluntario de tierra, ha recibido la formación necesaria para utilizarlos.
Cada desfibrilador instalado en los aeropuertos españoles incluye un set de ayuda para la resucitación cardíaca que puede ser utilizado por personal no sanitario pero entrenado. La oficina de operaciones del aeródromo recibe una alerta automática mediante la conexión telefónica que también activa el Protocolo de Emergencia Médica y avisa al Servicio Médico.
Hace dos años que AENA comenzó la instalación de los puntos de rescate cardíaco en sus instalaciones. El primer aeropuerto en tenerlas fue Barajas, con 65 de estas columnas tanto en las terminales como en las puertas de embarque. El Prat y Málaga son otros de los aeropuertos que ya cuentan con desfibriladores.
Su importancia radica en la urgencia por atender al paciente. De los 70.000 infartados anuales en España, 27.000 mueren antes de llegar al hospital. Un 90 por ciento de los casos son por fibrilación ventricular. El choque eléctrico que proporciona el desfibrilador es crucial para salvar la vida de la persona en los primeros minutos. De ahí la necesidad de que personal no sanitario y cercano al instrumento, sepa manejarlo.
Esperemos que no tengan que usarlos mucho y que cuando sea necesario funcionen correctamente. Sin duda es una medida más que oportuna, necesaria.
Vía | 20 Minutos
Foto | Flickr-Victoriano Izquierdo Personal Photos
