El 98 por ciento de los controladores que pertenecen a la Unión Sindical de Controladores Aéreos (UCSA) han votado a favor de ir a la huelga a partir del 15 de agosto. Lo que es un derecho de este colectivo se puede convertir en una pesadilla para el resto del sector turístico y los viajeros a los que les toque sufrirla. Por ello ya se han levantado algunas voces pidiendo a los controladores que reconsideren su postura.
Para los hoteleros permitir que paralicen el país es «indignante». Ramón Estalella, secretario general de la CEHAT (Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos), ha declarado que, «Bajo ningún concepto podemos aceptar que un colectivo de dos millares de personas pueda afectar a doce millones de viajeros y a tres millones de trabajadores, que son los que emplea el sector turístico». No son los únicos, para las compañías aéreas la huelga puede ser una catástrofe. La Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (ACETA) considera que ya han causado bastante daño y que la huelga es «el colofón a un comportamiento inexplicable por parte de un colectivo que continuamente usa a los pasajeros para alcanzar sus objetivos».
Desde las asociaciones de consumidores se recuerda que los pasajeros tienen garantizados sus derechos pero también critican la medida. Según Ileana Izverniceanu, portavoz de OCU, es mejor una huelga declarada que la encubierta que según ella, han mantenido en los últimos seis meses. Yolanda Quintana, portavoz de CEACCU considera que el usuario será el mayor perjudicado y subraya que «Ningún derecho es absoluto, como tampoco lo es el derecho de huelga cuando colisiona con otros intereses legítimos«.
AENA también hace un llamamiento a la reflexión por parte de los controladores. Considera que la mesa de negociación es el lugar para discutir el convenio colectivo y que aunque la huelga «es legítima, no es justa ni está justificada, singularmente en momentos de dificultad y crisis económica como los actuales en los que todos hemos de contribuir a la recuperación». Añaden que, «aunque la huelga es legal, no beneficia a nadie y puede perjudicar de forma grave a la sociedad española en general, y a los pasajeros y el sector turístico y económico en particular«.
Por mucho que podamos entender los motivos de los controladores y muy solidarios que queramos ser, la mayoría podemos hacer un viaje al año, para el que hemos trabajado y ahorrado durante once meses. Que se frustre por el interés de 2.384 personas, es al menos irritante. Especialmente cuando sabemos que ellos no tienen ni problemas económicos ni de horarios para disfrutar de su descanso anual.
Vía | RTVE
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