Hace unos años, no tantos, se elegía alojamiento por la calidad del mismo, cuando las diferencias eran evidentes. Si querías garantizarte una limpieza óptima y una cama en la que no se te clavaran los muelles, tenías que reservar una habitación en un hotel de categoría superior. Pero, hoy día todo se ha igualado y hay camas estupendas en los hostales, el mobiliario está cuidado y la limpieza también. Quien quiere diferenciarse por la calidad debe esforzarse mucho.
Las cartas de almohadas o los minibares con productos selectos ya los ofrecen muchos establecimientos, es el momento de ser imaginativo. Y la creatividad de los hoteleros no parece tener límite a tenor de algunos ejemplos. El Waldorf Astoria de Nueva York ha instalado once panales para 45.000 abejas en su azotea. La miel que utilice el chef será e esta colmena, e incluso pueden organizarse visitas para los huéspedes. Aún así no son originales, porque la cadena Fairmont tiene lo mismo en doce de sus establecimientos.
El ME by Meliá London, que se inaugurará próximamente ofrecerá un servicio absolutamente exclusivo, un Aura Experience Manager. Es una persona experta en la ciudad de Londres, que se encargará de conocer perfectamente al cliente para personalizar su estancia en el establecimiento. Desde trazarle una ruta cultural o de ocio, a dejar sobre la almohada su chocolate preferido o dejar la iluminación de la habitación a su gusto. Todo un lujo.
Otros hoteles ofrecen aroma-terapia en la habitación, dispensadores de pijamas entre otras cosas que se puede conseguir en máquinas de vending, estudio de grabación, entrenador personal, o habitaciones anti ronquidos. No son servicios exclusivos de hoteles de cinco estrellas, lo son de aquellos que quieren diferenciarse de sus competidores, centrándose en el servicio al cliente.
Vía | El Mundo
Foto | NY Daily News