Te seguimos contando los lugares imperdibles de este mágico lugar llamado Estambul.
Museo de Santa Sofía
Fue la catedral más grande de la cristiandad por un milenio. Se construyó por Justiniano en el año 532, confirmaba la posición de Constantinopla como la capital del Sacro Imperio Romano de Oriente. Cuando los otomanos conquistaron la ciudad, en 1543 la convirtieron en la mezquita principal.
Mezquita Azul
En el año 1616 Ahmet I construyó su respuesta a la Santa Sofía y a la mezquita de Suleiman; una estructura con seis minaretes igual a los de la mezquita de La Meca. Sus 20 mil azulejos azules describen los jardines del cielo en una explosión de luz y color. Representan las últimas y las mejores destrezas de los fabricantes de azulejos de Iznik.
Mezquita de Rüstem Pasha
Un secreto bien guardado, tras subir un tramo de escaleras en un bullicioso barrio de vendedores de café turco y aceitunas, te encuentras con esta mezquita que expresa la sensación de ser parte integral de la vida diaria y del comercio del vecindario. La superficie está cubierta por azulejos alargados de tulipanes. Las proporciones a menor escala de esta mezquita, de 561, crean una intimidad que la convierte más en un lugar verdadero de devoción que en una atracción turística.
El gran Bazar
El bazar cubierto, del siglo XV de Mehmet, El Conquistador, era la última parada de la Ruta de Seda. Lo mejor del bazar es que es inconquistable. No importa el tiempo que se pase en el bazar o cuantas veces lo visites, siempre sentirás que hay más cosas que debes ver. El laberinto de techo abovedado tiene alrededor de cuatro mil tiendas en las que venden otro, alfombras, cerámica, antigüedades y artículos de piel, entre otras cosas.