De la misma forma que pasa en otros lugares, la isla de Fogo (Canadá) está promoviendo el turismo para poder mantener y de alguna forma salvar su economía.
Pero lo llamativo es que este sitio no es el típico destino en donde encontraremos grandes playas y mucho sol. La isla de Fogo es un afloramiento de 233 kilómetros cuadrados de rocas barridas por el viento en el Atlántico Norte, donde se pueden ver como los icebergs se van desplazando a la deriva con rumbo sur desde Groenlandia, es un ritual que ocurre todas las primaveras.
Con 16 millones de dólares en ayuda gubernamental y de distintas fundaciones, esta comunidad de 2700 habitantes, ubicada frente a las costas de Newfoundland, se reinventan como destino de geoturismo. La pesca, que alguna vez fue el sustento de los isleños, se contempla como atracción turística, podrás cenar bacalao y cangrejos recién pescados en los cafés locales, aprender sobre ecología marina o bien unirse a la tripulación de un bote pesquero por un día.
Por supuesto que cuentas con otras alternativas: construir un albergue de cinco estrellas con una galería de arte, traer a artistas para residencias artísticas, transformar edificios viejos en espacios escénicos y exhibir las artesanías de tejido, y de construcción de embarcaciones, así como mostrar las tradiciones musicales de los isleños.
Fuente | Traveler
Imagen | Isla de Fogo
Más Información | Canadá Por Descubrir
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