En Estados Unidos compartir los coches con desconocidos se está volviendo un negocio más que rentable. Algunas empresas acogen de manera gratuita en su estacionamiento los coches que los viajeros dejan antes de despegar y les paga si alguien los alquila durante la ausencia.
La idea de compartir los coches se ha convertido en un negocio que tiene un coste mínimo además del amparo y la difusión de las redes sociales, lo negativo es que puede implicar algunos riesgos.
Como consecuencia de la crisis se puede ver una importante cantidad de empresas que buscan convertir a cada coche en uno de alquiler y así brindarle a su propietario un ingreso extra. Los clientes que elijan esta modalidad tendrán la ventaja de tener tarifas menores a los servicios de taxi, Avis o Hertz.
Entre las especies más conocidas en la actualidad que han adoptado esta dinámica encontramos a Sidecar y Lyft de San Francisco, Los Ángeles, Chicago y algunas más. Ellos se ponen en contacto con conductores particulares y posibles pasajeros que solo deberán pagar una suma de dinero para poder realizar trayectos urbanos.
Quienes quieran recorrer trayectos más largos deben acudir a Zimride, la empresa se dedica a publicar los destinos a los que van a viajar los conductores, buscando compañero para así poder compartir gastos y realizar el viaje en compañía.
Tanto es el avance en el mercado que ya existe una aplicación móvil por la cual se puede saber dónde está el automóvil más cercano disponible y el costo que fija el propietario. Estos vehículos se encuentran equipados con censores especiales que brindan las empresas.
Las empresas de vehículos cubren los daños que pueden generar los usuarios pero no se hacen responsables por las fallas mecánicas del mismo.
Vía | La Vanguardia
Foto | Flickr – Victor Gomez
