El éxito de una boda depende en gran medida de la celebración con la familia y los amigos. Hay opciones para todos los gustos, hotel, restaurante, salón de bodas e incluso en una finca. Esta última es una buena alternativa sobre todo en primavera, verano y el principio del otoño. Y si es en un salón interior el paisaje en invierno suele ser muy romántico también.
Puedes utilizar el jardín de una casa familiar y encargar el catering y la decoración. Si no tienes muchos invitados puede quedar muy bonito, pero ten en cuenta el resto de servicios que hacen falta, como lugares donde sentarse o aseos para tanta gente. Seguramente lo más práctico es alquilar una finca donde se celebren eventos habitualmente. De nuevo tienes la opción de encargarte del catering o de pedir a una empresa que organice todo.
Las ventajas de elegir una finca en el campo para la celebración son obvias, el entorno natural, la tranquilidad, el espacio disponible y la exclusividad. Para mí tienen una desventaja, el desplazamiento, especialmente a la vuelta que algunos invitados van más contentos de lo aconsejable para conducir. Pero tiene fácil solución, sólo hay que incluir en el presupuesto un autocar para trasladar a tus invitados.
En todas las provincias españolas puedes encontrar fincas más o menos singulares en las que celebrar tu enlace, incluso monasterios y castillos. Visita todas las que puedas antes de elegir y pregunta sobre el menú, la decoración, el servicio, lo que sucedería si lloviera, etc. Además en algunas puedes obtener interesantes descuentos o promociones si celebras tu boda entre semana.
Más información | Boda original en una finca