El Estado de Alarma en el que se encuentra sumido el país, la militarización de los controladores aéreos y la presión a la que el Gobierno ha sumido al colectivo de controladores aéreos ha puesto, una vez más, en jaque la seguridad aérea española. No se puede mantener a unos trabajadores entre las cuerdas y obligarles, en algunos casos con pistolas, a que se ponga a separar aviones en el cielo.
Eso, cuando menos, parece una irresponsabilidad de proporciones desmedidas e incluso puede llevarnos al conjunto de los ciudadanos a tener que lamentarlo en un futuro que, esperemos, que nunca llegue. Y es que los niveles de estrés, nerviosismo, taquicardias y subidas de tensión están a la orden del día en torres y centros de control.
La Federación Internacional de Controladores Aéreos (Ifatca, en sus siglas en inglés) se ha posicionado al respecto aseverando que «la seguridad del espacio aéreo español y de sus aeropuertos estará gravemente comprometida mientras este régimen militar esté en vigor».
El Gobierno ha puesto a un médico en cada centro para que sea éste quien decida si el controlador de turno puede o no acudir a su médico de cabecera. Aún así son muchos los que no pueden realizar su trabajo y, por fortuna, no les dejan aunque sean obligados a acudir a su puesto de trabajo para hacer creer al respetable que los tienen en cintura.
Los tienen realizando otras tareas que poco o nada tienen que ver con separar aviones porque es posible que no puedan garantizar la seguridad aérea. Y espero que así sea, aunque sea por conveniencia del Ejecutivo ya que en este caso coincide con la de todos los ciudadanos.
El problema se plantea cuando miramos un poquito más adelante y vemos que en Navidad se incrementa considerablemente el tráfico aéreo. Si hay controladores que no pueden trabajar y a los que sí los tienen trabajando con los aviones mañana, tarde y noche ¿dónde queda la seguridad aérea?
Que Fomento siga con la intención de aplicar ‘mano dura’ contra los controladores, aunque ahora parece que le interesan mucho más los cabecillas, pero apelo al sentido común para que no se juegue con la vida de todos los usuarios del avión. Personalmente me gustaría pensar que mejor esperando para despegar que llorando alguna pérdida.
Vía | 20 Minutos y El Correo Gallego
Foto | Oficina de Atención al Consumidor
Más información | El Mundo
2 Respuestas
[…] los controladores siguen trabajando bajo supervisión militar (lo que no significa que tengan una pistola en la nuca), y los aeropuertos funcionan con […]
[…] a que hay quien se empeña en subrayar que la seguridad aérea está garantizada, parece ser que no es así. El pasado viernes, 3 de diciembre, la fecha en la que […]