Igual que cambian los hábitos y costumbres de las personas con el paso del tiempo, los hábitos de irse de vacaciones también han cambiado. El ritmo de vida y stress que llevamos nos hace no plantearnos ningún sitio turístico en particular, sino que si podemos acceder a muchos, ¿por qué no elegirlo? La comodidad de los cruceros lo permiten; por el día visitar la ciudad o puerto y por la noche navegar para al día siguiente poder disfrutar de una nueva ciudad, no se puede hacer de mejor manera que en un barco.
Iberocruceros va a por todas y puede presumir por tercer año consecutivo de ser la mejor naviera en relación calidad/precio según la revista Cruises News. Presume de ofrecer minicruceros (4 días) desde 249 euros con tasas de embarque incluidas y los niños de 0 a 17 años gratis. La calidad, por lo que pudimos ver, no deja nada que envidiar con los de otras navieras.
Es la naviera con más puertos españoles y a los tradicionales de Barcelona y Valencia que copan casi todo el tráfico, se unen Vigo, Bilbao, Málaga y otros de menos envergadura para recibir a los cuatro barcos que disponen en flota, desde el más pequeño con capacidad para algo más de 800 pasajeros hasta los dos más grandes con casi 1.900 pasajeros. No tienen barcos enormes e impresionantes en magnitud pero si en alma como bien apuntaba el presentador.
Y es que para los trabajadores de la marca, lo más importante son las personas. Por muy grande que sea el barco, por muchas instalaciones que tenga y por muchos camarotes que tenga, si no está acompañado de personas que te saludan por las mañanas, te sirven los cócteles en el bar o discoteca o tienen todo a punto en el restaurante para cuando lleguemos y lo más fundamental, que hablen castellano, no sirve de nada lo físico.
¿Por qué viajar con Iberocruceros?
Su director comercial Pedro Costa nos lo dejó muy claro: es un producto creado por y para españoles. Después de contarnos la teoría, en la práctica pudimos comprobar que así es. Comenzando por el desayuno, los churros son parte de la oferta a primera hora de la mañana, junto con unos huevos fritos o tortilla hechos al momento para los más glotones y todo acompañado de tostadas con auténtico pa amb tomaquet catalán.
En la cena platos tan españoles como ensaladas mediterráneas, ingredientes como vieiras y almejas o incluso auténtico cochinillo asado como plato fuerte son algunos de la más variada gastronomía que se cocina a bordo. Son hasta siete veces las que se puede comer a bordo de sus barcos, pudiendo desayunar hasta en tres sitios diferentes, comer en otros tres y cenar únicamente en el restaurante. Aseguran que el 12% de los huéspedes lo hacen.
La gran familia que forman es un orgullo para todos ellos. Pudimos comprobar que están siempre felices y sonriendo, con una palabra bonita en la boca para hacer inolvidable el mejor y más esperado momento del año: las vacaciones. Ellos lo saben y no quieren que ese sueño se vea truncado, sino que se convierta en una realidad mucho mejor de la que pudimos imaginar.
Además, en todos sus barcos al menos durante una noche se puede disfrutar del buen humor y reirse en la mejor compañía con el acuerdo exclusivo que tienen con algunos cómicos que pasaron por El Club de la Comedia. En nuestro caso nos pudimos reir con Boto, que nos contó anécdotas basadas en situaciones reales sobre la vida a bordo.
¿Qué más se puede pedir?
Nuestra particular cena de gala
Una llamada al poco de subir al barco nos informaba que íbamos a poder estar presentes en la mesa presidencial, aquella que ocupan los altos cargos y, en un barco, el máximo cargo es el comandante. Así fue, una persona muy humilde, de nacionalidad checa que, aunque hablaba perfectamente en español, prefería hablar en inglés. También nos acompañaron Pedro Costa, una persona muy abierta y que da gusto hablar con él porque transmite confianza y conocido por sus 15 años en un puesto análogo en Costa Cruceros, Alfredo Serrano, director general de Iberocruceros y con el que pudimos conocer algo más sobre «barcos» y personas de marketing.
Como esta oportunidad no podía desaprovecharla, pude preguntar entre otras cosas, el momento previo al bautizo de un barco, el proceso desde que se hace el pedido hasta que se entrega. Si nos quejamos que algunos coches tardan varios meses en llegar al concesionario, un barco puede llegar a tardar hasta 3 años, desde que se hace el pedido hasta su flotadura. Esto es debido a que primero está el diseño del mismo (no existe producción en serie para barcos de estas dimensiones, es todo a medida) y como mucho se pueden ver hasta 4-5 iguales, pero no más.
El proceso de ensamblado dura más o menos la mitad (año y medio) y es debido a que todas las piezas ya están construídas, lo único que hay que hacer es ponerlas en su sitio. Por último, los astilleros en Europa se concentran en cuatro países: Alemania, Finlandia, Italia y Francia.
Debo pedir perdón por las pocas fotos pero a pesar de llevarnos la cámara, en la cena e instalaciones poco pudimos hacer, porque no era protocolario hacer fotos en una mesa con tanta autoridad. No obstante, podéis ver más fotos en el perfil de Facebook de XYO Cruceros, que hizo un trabajo fotográfico espectacular.