El 1 de abril, día de los inocentes en los países anglosajones, Ryanair anunciaba su intención de vetar a los niños en sus vuelos. Fue una broma, o un primer aviso, por el que le llovieron las críticas a la compañía irlandesa. Esta vez no es una inocentada, Malaysia Airlines no permite bebés en su Primera clase. Los padres pueden optar por volar en business o en turista.
La prohibición alcanza a todos los menores de dos años en sus aviones Boeing 747 y Airbus 380 que incorporarán a partir del próximo año. Estos aparatos realizan vuelos de larga distancia entre Kuala Lumpur y Londres, Amsterdam y Buenos Aires. Ya en 2004 la aerolínea eliminó las cunas de primera clase para dar más espacio a los asientos, que pasaron de 18 a 12. Según la compañía esta nueva medida es su respuesta a las quejas de los pasajeros que no pueden dormir por el llanto de los bebés.
Como viene siendo habitual en Twitter ha habido una reacción acorde a la noticia. La mayoría de las críticas son negativas y muchos opinan que los ronquidos son tanto o más molestos que un bebé. Otros piden la creación de una aerolínea familiar lo antes posible y la mayoría se muestra indignada con la exclusión de los niños. Incluso hay quien se pregunta si les harán un habitáculo en la bodega con las mascotas.
No seamos hipócritas, el llanto de un niño puede ser desquiciante, incluso para sus padres, quienes habitualmente se sentirán más molestos por incordiar al resto del pasaje que los propios vecinos de cabina. Pero, son bebés, los mismos que son tan ricos cuando sonríen o hacen pedorretas. Forman parte de nuestra especie y nuestra sociedad y sinceramente, coincido con los que opinan que si no hay sitio para mis hijos, tampoco para mí.
Lo que me resulta curioso es que la prohibición sea sólo hasta los dos años, a partir de esa edad un niño maleducado o con unos padres pasotas, puede ser mucho más incómodo que cualquier bebé con un berrinche, y no digamos un adolescente de viaje con los amigos. Aunque sin ninguna duda, nada más insoportable que los que se pasan el vuelo bebiendo alcohol, hablando a gritos y paseando continuamente al baño, y en primera clase hay muchos.
Vía | Público
Foto | Flickr-Fox2mike