Desde el momento que haces una reserva de un billete de avión con Ryanair, te queda claro que el fin de la compañía es ganar el máximo dinero posible. Si te ajustas a las estrictas condiciones de equipaje y forma de pago, puedes volar muy barato, pero salirte de ellas resulta carísimo.
Una vez en el avión comienza el bombardeo comercial. La cabina está llena de publicidad y los tripulantes parecen vendedores de mercadillo. Ofrecen los productos del Duty Free por megafonía, destacando sus bajos precios y el descuento que puede obtenerse al comprar a bordo. También venden calendarios e incluso «rascas» de los que una parte se dedica a fines benéficos, no se cuanto. Todo esto con música y las luces totalmente encendidas, sea cual sea la hora del vuelo.
La última promoción de la aerolínea irlandesa ha sido vender Lotería de Navidad española. Estamos acostumbrados al recargo de muchos establecimientos, pero no creo que nadie la hubiera visto antes a cuatro veces su precio. Cada décimo a bordo de Ryanair costaba 80 euros. Eso sí, daban la posibilidad de comprar participaciones de la mitad del décimo por 40 euros.
Los décimos se podían comprar bien llamando a una línea 800 o bien recortando la página publicitaria de su revista, rellenando los datos y enviándolo a una dirección holandesa. En pequeño ponía que los residentes en España, Holanda, Estados Unidos o Liechtenstein no podían participar. Si el año que viene repiten promoción, será que ha funcionado. Aunque quizá sea una forma más de conseguir publicidad gratis a costa de polémicas, algo en lo que son expertos.
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Foto | Flickr-Anvica