Los medios de transporte despiertan pasiones en algunas personas, hay quien disfruta haciendo maquetas de aviones, barcos o trenes y quien colecciona fotografías de los mismos. A estos últimos se les llama spotters y en el caso de los apasionados de la aeronaútica también aero-observadores. Son los más numerosos y por ello se identifica la palabra spotter principalmente con este grupo.
Los spotters colocan sus objetivos en los alrededores de los aeropuertos para cazar, con la cámara de fotos, aviones despegando y aterrizando. Sirven también las imágenes de los aparatos parados o en pleno vuelo, sobre todo si tienen algo de especial, como que sea un nuevo modelo, una nueva aerolínea o una matrícula que no se prodiga mucho.
Comparten sus capturas en Internet, comentan en foros y realizan quedadas. Hay quien viaja solo para conocer nuevos aeropuertos y fotografiar aviones que no se ven en la localidad en la que vive. Luis Álvarez, spotter, cuenta en El País que este hobby surgió en Gran Bretaña en el siglo XIX con los ferrocarriles. Había aficionados que apuntaban los trenes que entraban y salían de la estación de Waterloo en Londres y la locomotora que llevaban. Álvarez explica que, «Con el tiempo llegaron los aviones, Internet y las cámaras digitales. Por eso evolucionó a lo que es ahora. Las aplicaciones para los smartphones son la última novedad. Podemos saber a dónde van, si va a llover o que dirección tendrá el viento».
Entiendo la atracción que sienten los spotters, más de una tarde la he pasado viendo despegar y aterrizar aviones. Ver elevarse a esas moles es hipnótico.
Vía | El País
Foto | Wikipedia-JaviFdez