Los propietarios de la extinta empresa Viajes Marsans y el comité de empresa han llegado a un acuerdo por el cual todos los trabajadores podrán acogerse a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción. Es decir una de las mejores salidas que podían encontrar los 1.400 trabajadores del imperio que se hundió.
Y es que las personas que se han visto implicadas en esta historia están sufriendo un desgaste psicológico importante que necesitan terminar cuanto antes. No sólo se quedan sin trabajo sino que han visto peligrar sus ahorros. Pero, pese a que se ha llegado a un primer acuerdo, aún está pendiente del ok definitivo por parte del comité y de la empresa. También faltaría la aprobación de la Dirección General de Trabajo y de la jueza que tramita el concurso de acreedores de la entidad.
En este preacuerdo se consigue que los trabajadores de Marsans puedan tener clara su situación y a lo que atenerse. Es decir, se renuncia al plan de viabilidad de la empresa que parece ser que no se creían ni ellos mismos y se despide a toda la plantilla.
En este sentido, recibirán una indemnización de 32 días por año trabajado con un máximo de 30 mensualidades o, en su defecto, 70.000 euros. Por otro lado, se estipula la creación de un fondo de 1,9 millones de euros para ayudar a los trabajadores que pasan de los 50 años, ya que su situación de reincorporación es más difícil.
Además se ha incluido una cláusula que garantiza que ellos tendrán preferencias para ser nuevamente contratados su los actuales propietarios reflectan la empresa, o si aparece un nuevo inversor. Las 600 personas que trabajan en el resto de las empresas del grupo aún no tienen un acuerdo pero se confía en que se alcance uno similar al de Viajes Marsans.
Vía | Periodista Digital
Foto | La Voz del Pueblo
