Las compañías aéreas low cost logran una parte importante de su facturación con el cobro de servicios extra, como el cargo por equipaje, por asignación de asiento o preferencia de embarque. En las que llevan el modelo al extremo, Ryanair o Easyjet, por ejemplo, los ingresos suponen un 20 por ciento del total de su facturación. El conjunto de aerolíneas generó ingresos por valor de 18.400 millones de euros en estos conceptos, un 5 por ciento de su facturación total.
Esta cantidad tan importante llama la atención de las compañías tradicionales que están comenzando a copiar el modelo. Deben tener cuidado ya que muchos de los cobros que hacen las low cost están denunciados, como el suplemento por imprimir el billete en el aeropuerto o el cobro por pagar con tarjeta de crédito. La diferencia en los ingresos es considerable, aerolíneas americanas como Delta o American Airlines, ingresan un 7.9 por ciento por estos conceptos. Las europeas y latinoamericanas mucho menos, un 2.9 por ciento de media.
Philippe Chérèque, directivo de Amadeus considera que la tendencia será aumentar los servicios de pago y que los vuelos sean a la carta. Billetes baratos y cualquier extra se podrá conseguir pagando un suplemento. Fuentes de Vueling lo corroboran, «Cada vez va a ser más importante esta vía de ingresos; este año es un 4 por ciento mayor que el año pasado, y la estrategia es seguir creciendo«. De hecho Vueling ya tiene en marcha su paquete GO!, que permite con un suplemento a partir de 20 euros dependiendo del destino, tener privilegios como elegir asiento entre las primeras filas o tener preferencia para el embarque en los aeropuertos de Barajas y El Prat.
Al final las tradicionales se asemejarán a las low cost y para marcar la diferencia volverá el todo incluído, aunque los vuelos de hace 10 o 15 años pasarán a la historia definitivamente.
Vía | La Vanguardia
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