La caída definitiva del imperio Marsans
La agencia de Viajes Marsans está definitivamente herida de muerte. La que fuera fundada en 1910 por una familia que le dio el nombre y hoy está a punto de desaparecer llegó a convertirse en la primera agencia de turismo que operó en España.
Pero esta no ha sido su única situación difícil. En 1964, el Gobierno de Franco interviene Marsans y la familia pierde el control de la empresa. Las intenciones eran las de crear un potente grupo turístico. Veintiún años después Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, dueños de una empresa de autobuses, compraron Marsans al Estado por un precio simbólico. A partir de ahí la empresa ha ido viento en popa hasta 2007, año en el que empezó su calvario.
Y la herida de muerte se la dio Air Comet, otra de las empresas de Díaz Ferrán y Pascual. Esta aerolínea por la que tanto habían apostado sus dueños, se encontró con la crisis en un momento de inversiones desmesuradas y de planes de crecimiento arriesgados que obligaron a sus dueños a sacar dinero de la caja de Marsans para hacer frente.
Ni con esas la compañía aérea salió adelante, mientras que la agencia de viajes se resintió hasta el punto de llegar a su fin. De hecho, las firmas del grupo le adeudaban a Marsans en torno a 250 millones de euros, además de los avales de otros casi 200 millones de euros que les había concedido la agencia. En total, Viajes Marsans se enfrenta a unas pérdidas de 400 millones de euros que le han llevado a la bancarrota.
Esta agencia paso de hacer dinero rápido, los clientes pagan en el momento y ésta a sus proveedores varios meses después, a tener grandes fugas de los primeros y exigencias rápidas de pago de los segundos. El pasado mes de abril, la asociación que agrupa las aerolíneas le denegó el permiso para emitir billetes por lo que las reclamaciones de los clientes se sucedieron, más de 70.000 han perdido su dinero y su viaje.
A partir de ahí sus dueños pusieron la empresa en manos de un grupo de expertos en reestructurar empresas hasta que uno de ellos, Ángel de Cabo se ha quedado con la empresa. ¿Volverá a ser Marsans algún día lo que fue?