Aena ha destituido al último jefe de Seguridad Aérea del Centro de Control Aéreo de Canarias, Jorge Pérez, quien llevaba a penas mes y meció en el cargo. Y es la tercera vez que ocurre en lo que va de año, algo que los profesionales del sector consideran un hecho insólito. Así Canarias vuelve a estar sin jefe de Seguridad lo que «provoca una situación que los controladores consideran de extrema gravedad dada la responsabilidad que conlleva este departamento».
Es decir, los trabajadores del centro de control del archipiélago han de ejercer su trabajo sin esta figura cargando ellos con la responsabilidad compartida del puesto que está vacante. Ahondando en el asunto, a esta destitución se suma el cese del jefe fe División ATS también en Canarias, José López Villanova; y la dimisión de los jefes de Operaciones y de Apoyo Operativo hace meses. Es decir, no existen responsables de revisar los posibles incidentes que se producen en el día a día de un centro de control, algo que a nuestro juicio nos parece gravísimo.
Este cese ha sido motivado por firmar varios escritos respaldando la decisión de los controladores de no sentarse a dirigir el tráfico aéreo de las islas «mientras no recibieran la formación adecuada para hacer frente a la situación de la principal radioayuda». Un sistema cambiado de unos días para otros sin formar a quienes han de trabajar con él.
Ante este problema, el portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) en Canarias, Fernando Torrent, ha señalado: «Esta situación nos refuerza en la tesis de que la Dirección Regional de Aena no admite ninguna opinión que no esté en línea con sus criterios, ni siquiera cuando está suficientemente argumentara con criterios técnicos y siempre para garantizar la seguridad».
Un plantel nada agradable si tenemos en cuenta que a esto hay que sumar tres recientes dimisiones: la de los jefes de Operaciones y de Apoyo Operativo y la de un controlador de torre. Situación que deja al espacio aéreo canario, uno de los más extensos en España, en una clara posición de «vacío de gestión» que alguien debería asumir.
En especial de cara al mes de noviembre y a las próximas Navidades cuando se presume un incremento en el tráfico aéreo al archipiélago.