Este es uno de los monumentos que usted no puede dejar de visitar cuando se encuentre en la capital de la Republica Checa. El Castillo de Praga es considerado la mayor fortaleza medieval del mundo y simboliza además el poder de la ciudad. En el siglo IX solamente había un pequeño fortín y una iglesia, con el correr del tiempo se transformo y expandió en lo que puede visitar hoy.
Actualmente cuenta con 570 metros de largo y sus 130 de ancho y en su interior posee la Catedral de San Vito, el Palacio Real, el Palacio de Lobkowizk, la Basílica de San Jorge, la Calle del Oro, el Jardín Real, la Torre de Pólvora y la Torre Daliborska.
En su interior además usted podrá admirar las joyas de la Corona de Bohemia, además de variadas exposiciones sobre la historia de esta ciudad. Abierto de abril a octubre, de 9 a 17 horas y de noviembre a marzo de 9 a 16 horas. El valor de la entrada para tener acceso a todos los salones cuesta 300 coronas checas.
Foto | viajesturismo
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Gratamente impresionada por la belleza de Praga, espero regresar algún día a esa maravillosa ciudad.