Después del caos aéreo que causó en la aviación europea la erupción del volcán islandés Eyjafjalla, y más concretamente la nube de ceniza volcánica que provocó, tanto las compañías aéreas como las autoridades responsables, se afanan en buscar opciones para que no se repita. Una de las iniciativas más exitosas parece ser, al menos sobre el papel, la de la compañía low cost Easyjet.
La aerolínea británica ha invertido un millón de libras esterlinas, algo más de 1.215.000 euros en desarrollar un radar que detecta partículas de ceniza volcánica en el aire. La nueva tecnología se llama AVOID (Airborne Volcanic Object Identifier and Detector) y ha sido creada por el científico atmosférico Fred Prata. Irá montado en la cola del avión y permitirá, mediante radiación infrarroja, detectar partículas de ceniza en 100 kilómetros de distancia.
La detección permitirá a los pilotos rodear la nube de forma similar a como evitan las tormentas eléctricas. El dispositivo se ha probado sobre el Etna y el Stromboli y sirve tanto en vuelos diurnos como nocturnos. Además puede medir la masa de ceniza en una zona concreta y permitir así que se eviten las zonas de alta densidad. Servirá también para poder hacer un mapa en tiempo real de la nube de ceniza.
Andy Harrison, consejero delegado de Easyjet afirmó en rueda de prensa que «la ceniza volcánica causó perturbaciones en masa en toda Europa. La mayor parte de las restricciones se debió a que no se sabía la cantidad de ceniza en el espacio aéreo. Tuvimos a confiar en algunos modelos muy poco fiables. Este dispositivo que hemos desarrollado va a cambiar eso… Creemos que los cierres masivos del espacio aéreo será cosa del pasado».
Las pruebas del nuevo radar serán en los próximos dos meses sobre un Airbus A340. Si funciona bien en este año se probaría en 12 aeronaves de EasyJet y en breve podría estar montado sobre cientos de aviones, no sin antes pasar todas las pruebas de seguridad necesarias.
Vía | Trabber
Foto | Flickr-WexDub