Algunos de los tripulantes de Qantas demandaron a la empresa Rolls Royce por un incidente que tuvo lugar en el año 2010. En ese momento había explotado uno de los motores de la marca en un avión A380 de la aerolínea australiana.
Este incidente generó que fuera necesario la realización de un aterrizaje de emergencia en Singapur (afortunadamente no hubo que lamentar víctimas fatales ni heridos de consideración). Como consecuencia se comenzó a realizar una investigación. Por esa razón ahora se encuentran reclamando una indemnización por trauma psicológico.
El problema tuvo lugar durante el mes de noviembre de 2010. En el avión viajaban 440 pasajeros y 26 tripulantes. La aeronave se encontraba impulsada por cuatro motores Tren 900.
Posteriormente, en un comunicado, el fabricante aeronáutico europeo Airbus confirmó que el A380 de Qantas que aterrizó de emergencia en Singapur había sufrido un fallo de motor después del despegue. El avión había sido entregado a Qantas durante el mes septiembre de 2008 y tenía cerca 8.200 horas de vuelo y 831 ciclos de vuelo para el momento del incidente.
Después de lo ocurrido tanto Qantas, como Singapore Airlines y Lufthansa decidieron suspender las operaciones de las flotas de superjumbos. Según lo determinado en ese momento el problema con el motor se debió a una falla de diseño. Rolls Royce abonó 73 millones a la aerolínea por la explosión que tuvo lugar en pleno vuelo.
Además de los miembros de la tripulación se estima que se sumarán cerca de 100 pasajeros en la demanda. En ella figuran los testimonios de los miembros del personal de vuelo que aseguran haber sufrido un gran estrés postraumático, trastorno depresivo severo, miedo a volar.
Vía | Hosteltur
Foto | Flickr – Planegeezer