Los controles de seguridad en los aeropuertos son tan exhaustivos que incluso son molestos y provocan reclamaciones. Algunas aerolíneas además los endurecen por distintos motivos, como aligerar el overbooking, y llegan a pedir documentación más allá de lo que exige la ley, como el DNI a los menores de 14 años. Y, sin embargo, un niño de sólo 11 años ha conseguido volar solo, sin billete ni documentación, entre Manchester y Roma.
Liam Corcoran, el niño, se perdió siguiendo los pasos de una familia que no era la suya. Pasó todos los controles de seguridad tras ellos, fue registrado por el personal de tierra y embarcó. Ocupó su asiento y el vuelo despegó sin que nadie reparara en el pequeño que viajaba solo, sin tarjeta de embarque ni pasaporte. Fueron algunos pasajeros del mismo vuelo los que se percataron de la situación de Liam y avisaron a la tripulación.
Cuando el avión aterrizó en Fiumicino, el aeropuerto de Roma, las autoridades que habían sido alertadas por el capitán, se hicieron cargo del pequeño que regresó a Manchester en el mismo avión. Allí pudo reunirse con su madre sobre las 8 de la tarde. Tanto la aerolínea Jet2.com, como el aeropuerto inglés, han iniciado sendas investigaciones y han suspendido a los empleados implicados hasta que haya resultados.
Más allá de la anécdota, el tema es muy grave, porque en lugar de un niño perdido podría haber sido un menor secuestrado. Otra cosa que me inquieta es que se pueda perder un niño en un aeropuerto y puedan despegar aviones sin comprobar si ha logrado colarse en alguno. ¿No debería haber un protocolo de seguridad? ¿tantos niños se pierden en los aeropuertos?.
Afortunadamente todo quedó en un susto y una buena aventura de la que presumirá Liam con sus compañeros en septiembre.
Vía | La Vanguardia
Foto | Flickr-Buses in West Yorkshire
