Como decíamos al contaros la nueva ocurrencia de Michael O’Leary, la respuesta de los pilotos era previsible. Recordemos que el presidente de Ryanair ha propuesto prescindir del copiloto en los vuelos porque los considera innecesarios y porque así se ahorraría mucho dinero. El irlandés lo tiene claro, «Ya hay trenes que funcionan sin conductor y en 25 años en los que hemos realizado 10 millones de vuelos sólo se ha dado un caso en el que un piloto sufrió un paro cardíaco«.
El SEPLA (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas) ha respondido que la medida sería irresponsable e ilegal y que pondría en riesgo la seguridad aérea. Su portavoz ha declarado entre otras cosas, «Él dice que en 25 años sólo ha habido un infarto (en su compañía). ¿Entonces qué? ¿Asumimos 200 muertes cada 25 años para ahorrar costes?«. Además recuerdan que el piloto automático no aterriza ni realiza maniobras.
Para el portavoz de Eurocontrol, la autoridad aérea europea, la propuesta es una «insensatez absoluta». El COPAC (Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial) pone en entredicho el compromiso con la seguridad de la compañía de bajo coste. En sus declaraciones defienden que la labor del copiloto es imprescindible en todo tipo de vuelos y trayectos. Señalan que las aerolíneas con gestiones empresariales del tipo de Ryanair ponen en peligro la seguridad aérea ya que, «obligan al conjunto de las compañías a ser más competitivas en precios a costa de un deterioro progresivo de los principios de seguridad, calidad y profesionalidad». Recomiendan a los pasajeros que elijan, además del precio del billete, con qué tipo de compañía quieren volar y en qué condiciones de seguridad.
Lo cierto es que habría que mirar más allá de las publicitarias declaraciones de O’Leary. Si está dispuesto a cualquier cosa con tal de seguir siendo la compañía más rentable, deberían vigilar de cerca sus programas de mantenimiento, que se llevan una importante parte del presupuesto. Además este señor dispara y algunas veces da en la diana. Ya pagamos por la segunda maleta, por no imprimir la tarjeta de embarque en casa o por ser los primeros en subir al avión. Hace unos años todo esto nos habría parecido impensable.
Vía | Qué
Foto | Flickr-Xan1138
