Continuando con nuestro recorrido por el Palacio de Verano de Pekín, y pese a los excesos cometidos en su reconstrucción, lo cierto es que estas estancias palaciegas están llenas de arte que ver por los cuatro costados.
Una de las áreas más llamativa es la Colina de la Longevidad. Toda ella se encuentra rodeada de templos budistas dispuestos en un eje de Norte a Sur. A estos se accede a través de un pasillo techado y un sinfín de escaleras cuesta arriba que te llevan hasta la cumbre de la colina. Desde allí se pueden admirar algunas de los panoramas más bellos de la ciudad.
También en lo alto se puede admirar una gran estatua de un buda de los mil brazos que goza de gran devoción en China y el resto de las edificaciones del Palacio asentadas en el inmenso parque a las orillas del lago Kinming.
Otra de las construcciones del Palacio que merece mucho la pena es el Puente de los Diecisiete Arcos. Se trata de una construcción espectacular de 150 metros de largo que une las estancias palaciegas con la isla Nanhu. A lo largo de todo su recorrido, este puente está adornado con estatuas de 540 leones diferentes, así como de más de 1.600 tipos diferentes de árboles milenarios.
La calle Suzhou en la que está asentado el Palacio y que es atravesada por el canal, el visitante puede hacer un alto para degustar algún plato típico de la zona o para adquirir suvenires para la familia y los amigos.
La tarifa para visitar este gran monumento está establecida en unos 60 yuanes, unos seis euros aproximadamente, una tasa que puede variar según la época del año. Asimismo, si decides visitar sólo partes de todo los que supone el Palacio, también existen otras tarifas más reducidas.
Vía | Viajar
Foto | Sobre China
Más información | China por Descubrir
