De nuevo nos decantamos por un hotel rural para recomendaros este otoño. Hablamos del Molino del Santo, radicado en Benaoján, en la provincia española de Málaga. Es un refugio con mucho encanto situado en pleno campo, ideal para descansar.
Pese a ser un hotel rural, éste cuenta con casi todas las comodidades que podemos encontrar en otro tipo de hospedaje de mayor categoría. Aire acondicionado, caja fuerte, calefacción, habitaciones específicas para fumadores, zona wi-fi, cambio de sábanas diario…
El Molino del Santo era en origen eso mismo, un molino de agua al que sus dueños, Andy Chapell y Pauline Elkin, decidieron darle una segunda vida menos labriega.
Abrió sus puertas, ya como hotel, en 1987 y tiene 18 habitaciones, eso sí, ninguna de ellas con televisión, para evitar distraerse del retiro y el descanso con las noticias mundanas..
En su decoración rústica en su totalidad, prevalecen las telas de artesanía y los muebles de antaó de las habitaciones, siendo más llamativos los de aquellas que miran hacia la piscina. Una piscina protegida por los sauces en verano y climatizada con las placas solares en invierno.
En el salón se pueden ver varios artilugios de cuando el molino era tal, y en la planta superior, el viajero puede disfrutar de una buena lectura en la biblioteca de la casa. En ella hay una guía de senderismo elaborada por Andy y Pauline.
Precisamente, situada en los alrededores de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, este hotel ofrece a sus visitantes rutas de senderismo, algunas de ellas guiadas por sus propios dueños. Tras el paseo una suculenta comida, también casera.
Vía | El Viajero
Página oficial | Molino del Santo
Más información | España por Descubrir
