Desde que leí ‘Estambul’ del premio Nobel Orham Pamuk, siempre había tenido muchas ganas de conocer esta ciudad tan personalmente retratada en esta novela. Sin embargo, cuando lo hice la imagen fue mucho más fascinante que la que me habían transmitido las palabras de este libro. Sin duda, Estambul es una impresionante imagen de Europa que mira hacia Asia.
De entre los secretos que guarda esta gran metrópoli, uno que no hay que dejar de descubrir es el anochecer a orillas del Bósforo. La silueta que recortan las mezquitas en el horizonte entre los colores que va dejando el rastro del sol, deja atónito a cualquier viajero.
Mires donde mires siempre encuentras los picos puntiagudos de alguna de las mil mezquitas que agujerean el cielo. Una estampa que, sin duda, sólo se puede encontrar allí.
Para disfrutar aún más del espectáculo es muy recomendable coger el transbordador hasta el puerto de Üsküdar. El billete es barato, cuesta unos 50 céntimos de euro. A partir de ahí se hace necesario seguir el trayecto caminando por el margen del río. Hay que seguir en dirección sur, hacia otro de los puertos de la ciudad, el de Harem.
Durante este bonito paseo seguro que encontrareis el lugar ideal para contemplar cómo se esconde el sol. Además pasareis por diferentes puestos de pescado que completan el dibujo del paisaje que deja la ciudad turca cuando oscurece.
Realizar un viaje romántico a la antigua Constantinopla es una idea excelente que puede igualarse a otras localidades que van siempre ligadas a los destinos de las parejas.
Foto | Ojo Digital
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