Viajar a Oriente es una de las experiencias más fascinantes, en especial, para aquellos a quienes les atrae todo lo relacionado con esa cultura, tan diferente de la nuestra.
China, desde hace unos años se convirtió en uno de los destinos favoritos de los turistas, siendo Pekín una visita obligada bien a la entrada o a la salida del país. Y dentro de esta ciudad no se puede dejar de ver el Palacio de Verano, declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Hablamos de un edificio majestuoso construido en 1750 por el emperador Qianlong, el quinto de la dinastía Qing. Se trata del palacio con el mayor jardín imperial de esta dinastía, que conserva una decena de miles de reliquias culturales.
Esta radicado a unos 12 kilómetros del centro de Pekín, que se sitúa en plena Plaza de Tiananmen, y a las orillas del lago Kunming, en medio de un parque. Originariamente se construyó como el lugar de recreo del emperador y, durante la Segunda Guerra del Opio, prácticamente fue destruido.
En el año 1888, la emperatriz viuda Cixi mandó iniciar la reconstrucción del Palacio siguiendo el patrón inicial aunque en la realidad se cometieron varios excesos lo que hizo que el pueblo no apoyara la construcción del nuevo Palacio. Uno de ellos fue el Gran Corredor, un pasillo de madera techado de 728 metros decorado con más de 14.000 pinturas que representan la historia de China.
Asimismo, en la segunda construcción se creó un Barco de Mármol (realizado en mármol y cristal) a tamaño real que fue situado en el lago y es donde la emperatriz daba sus fiestas. Esta construcción tampoco estaba en el proyecto inicial. Las cosas más interesantes que ver de este Palacio de Verano os las contamos en el siguiente artículo.
Vía | Viajar
Foto | Guías Viajar
Más información | China por Descubrir
1 respuesta
[…] con nuestro recorrido por el Palacio de Verano de Pekín, y pese a los excesos cometidos en su reconstrucción, lo cierto es que estas estancias palaciegas […]