Si hace unos días os contábamos que las negociaciones con los controladores aéreos parece que iba a llegar a buen puerto. Hoy tenemos que decir lo contrario ya que se han roto, y parece que definitivamente, la mesa para intentar arreglar este desaguisado. De seguir igual habrá huelga y esta será a partir del 22 de agosto.
Según el colectivo afectado, Aena se levantó de la mesa sin más a la hora de abordar las horas de trabajo de los controladores. Según la empresa, mientras haya amenaza de huelga no seguirán negociando. Lo cierto es que no parece que la empresa tenga voluntad ninguna de arreglarlo y, por otro, que los afectados convoquen ya la huelga y no lo demoren más para que los viajeros sepan a qué atenerse.
Una huelga que parece inevitable y que tendremos que sufrir los de siempre a partir del domingo 22 de agosto una semana complicada para el turismo. Se retrasa la fecha ya que el preaviso legal para la convocatoria ha de ser de diez días antes de llevarse a cabo. Como el comité ejecutivo del Usca se reunirá el jueves esas son las fechas que se barajan.
Esta vez el punto de desacuerdo son las horas de trabajo. Aena quiere que sean 1.670 horas anuales más 80 extraordinarias tal como recogieron en el segundo decretado contra estos trabajadores. Por su parte, los trabajadores quieren que se rebajen esas horas equiparándolas a otros países y a los nuevos proveedores de servicios. En Reino Unido, el país que ha servido de modelo al Gobierno para el Real Decreto, se operan 1.434 horas.
Ante la situación insostenible e irresponsable, aseguran, los controladores insisten en que les abra las puertas el propio ministro de Fomento. Pero no entiendo esa insistencia cuando eso no va a ocurrir nunca.
Por su parte la patronal hotelera Exceltur ha anunciado que si este colectivo no acepta la propuesta de someter el conflicto a arbitraje emprenderá acciones legales contra ellos. ¿La causa? «Los daños y perjuicios que pueda causar a los pasajeros, líneas aéreas y del resto de las empresas que componen el conjunto del sector turístico español». Como si una huelga, un derecho legal de todo trabajador, no supusiera precisamente eso: una incomodidad a la sociedad. Lo es la de los bomberos, las del personal sanitario y las de los funcionarios… ¿o no?
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Foto | Espolarte
