Hace tiempo hablé sobre una serie de documentales de National Geographic Channel que creo no deberían ver los que tienen miedo a volar, May Day, catástrofes aéreas. La noticia de hoy tiene todo lo necesario para convertirse en un nuevo episodio, salvo que, afortunadamente no terminó en tragedia.
El piloto de un avión Boeing 737-700 de la aerolínea japonesa ANA (All Nippon Airways) abandonó la cabina durante el vuelo para ir al baño. Cubrían la ruta de Okinawa a Tokio, unas dos horas y media de vuelo, con 117 personas a bordo. No pasa nada porque el piloto salga de la cabina ya que hay copiloto. El problema fue que éste se confundió de botón cuando volvió el capitán y en lugar de pulsar el que abre la puerta de la cabina, pulsó uno que puso al avión boca abajo, provocando una caída de 1.400 metros en 30 segundos.
Como decíamos al principio, afortunadamente consiguieron hacerse con el aparato y no hubo que lamentar otro accidente aéreo. Pero, la caída fue tan brusca que ocho pasajeros tuvieron heridas leves o se pusieron enfermos. Además, y lo que en este caso pudo ser mucho peor, según los reguladores del transporte aéreo nipón, los bruscos movimientos pusieron su estructura bajo presiones para las que no estaba preparado. El avión se podía haber partido.
De acuerdo en que nadie es infalible, pero el error es demasiado grave. No hablamos de una compañía low cost que reduce costes de cualquier sitio, aunque nunca sería una excusa. Sino de una empresa con más de 60 años de historia y considerada la segunda compañía en el ranking mundial de transporte internacional. Es imperdonable que un copiloto confunda dos botones con funciones tan distintas.
Vía | El Mundo
Foto | Flickr-Ikarasawa