Siempre que vayamos a disfrutar un buen plato de comida es necesario que encontremos un equilibrio entre los vinos y los platos. Existe un término para referirse a la educación sobre la armonía que debe existir entre los sabores y el contraste, este es el ‘maridaje’.
Si viajamos por diferentes partes del mundo habremos observado que la cultura gastronómica, la tradición y los sabores van variando de un sitio a otro. Cuando empezamos a prestar atención a los detalles y queramos entender la armonía debemos dejar de ver a los platos como un todo y debemos enfocarnos en el ingrediente principal que lo compone, por ejemplo la carne o el pescado.
Es fundamental prestar atención a la forma en que se cocinan los alimentos, como se van concentrando los perfumes y con que tipo de vino debemos acompañarlo, no en todos los sitios encontramos variedad de varietales.
Un punto importante para la elección del vino es focalizarnos en la salsa, cuando nuestro plato tiene mantequilla derretida se puede acompañar con un vino semidulce, en el caso de que la salsa sea más especiada nada mejor que acompañarla con un vino blancofermentado en barrica.
En el caso de que tu plato no lleve ninguna salsa en especial puedes basarte en su guarnición para la elección de un buen vino, si acompañaras tu comida de una buena porción de legumbres verdes deberás acompañarla de algún vino que sea ligeramente acido, en el caso de que sean tubérculos irán mejor los vinos ácidos.
Saber combinar los platos con los vinos es muy gratificante, más aun cuando disfrutas conociendo las diferentes gastronomías del mundo.
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Foto | Flickr – JennFotito
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