Quizás te ha pasado que en un viaje, paseando, hayas encontrado ‘ese’ mueble que tanto soñaste, claro, el mismo es de un tamaño gigante para meterlo en una maleta. Si te pasó eso… o piensas que te puede pasar… para ti es este artículo.
Si durante un viaje descubriste ese gran espejo o armario que tanto soñabas, ya no tiene que desilusionarte y dejarlo en la tienda, sino que debes animarte y preguntar como puedes transportarlo.
Si ya sabes de antemano que vas a comprar un mueble, puedes averiguar en la aduana de tu país los papeles que necesitas. Luego llama a la embajada o consulado del país en donde lo compras para ver si tienen restricciones de exportación o importación de ciertos materiales. Por ejemplo, los muebles de madera de regiones tropicales pueden ser susceptibles a partirse en climas más seos y fríos. Y bajo una nueva ley, la aduana puede dar avisos de productos de los que se sospecha una procedencia ilegal.
Averigua. El conserje de tu hotel puede dirigirte a mercaderes de confianza, que generalmente, sean conocidos por llevar objetos a otros continentes. La gran parte de los hoteles tienen relaciones con servicios de paquetería locales y pueden ayudarte en la documentación y opciones de transporte. Transportar un objeto vía marítima por lo general es más económico, pero no siempre, además de que suele ser lento. Puedes elegir que la pieza se entregue hasta su puerta, en ese caso el servicio es que el se encarga del proceso de la aduana y no tú.
Si es posible, siempre paga con tarjeta de crédito para tener una prueba en caso de que el vendedor se ‘olvide’ de enviarte esa mesita Luis XIV. Y no te sorprendas con el costo de transportación que puede llegar a ser el doble o el triple del precio del mueble, así que asegúrate que en verdad valga la pena.
Imagen | Almacenamiento de Muebles