Desde el 1 de enero de 2012 todas las aerolíneas que operen en aeropuertos europeos, sea cual sea su país de origen, deben comprar derechos de emisión de CO2. La reacción de las compañías aéreas internacionales de fuera de la Unión fue radical, en Estados Unidos se prohibió que sus aerolíneas pagaran este impuesto y la Unión Europea reaccionó congelando la medida durante un año. 10 aerolíneas asiáticas de China e India también se negaron a remitir sus datos de emisión de gases contaminantes.
El Comité de Entorno del Parlamento Europeo aprobó hace unos días una moción por la que suspenden la recaudación del impuesto por emisión de CO2 a las compañías ajenas a la Unión Europea. La suspensión no será superior a un año. Durante estos doce meses se espera llegar a un acuerdo internacional durante una reunión de la Organización Internacional de Aviación Civil.
Si se cumpliera el año sin haber llegado al acuerdo internacional, Europa volvería a intentar recaudar el impuesto de las 4.000 compañías aéreas afectadas en total. Es difícil que la posición de Estados Unidos y China cambie ambas exigen a la Unión Europea que adopte una posición global y de conjunto para resolver este asunto.
La decisión que tomó la Unión Europea no fue bien acogida ni por las compañías ni por los usuarios que se saben pagadores del impuesto de forma indirecta, por la subida del precio de los billetes.
Vía | Expreso
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